Nota publicada por Alfonso Bonilla Aragón (BONAR) en la revista Deporte Gráfico de 1967 en su columna «Arsénico y Encaje»

«» Los viejos americanos, los de «Galilea» y «Longs Champs» deben recordar al «negro» Guillermo Cuero, un aguerrido «defensa» que barría con todo, en aquellos juveniles tiempos rojos de mi hermano Ramón, Pepe Piedrahita, Daniel Solarte, «Bizcocho» Salazar, «Pelos», el «Mocho». Serafín, Luis Carlos Otero..

Cuero, quien trabajaba extrayendo piedras del río, jugaba descalzo, sin importarle los puntapiés ni pisotones… Sin embargo, cuando el equipo adquirió cierto nombre, lo obligaron a calzarse.  En la talabartería del «mochito» Perlaza le hicieron unos «guayos» imponentes, número 42.  El ataque rival lo bailó de lo lindo en los 45 minutos iniciales.  El «negro» se caía, se trababa, arrancaba con retraso, no podía saltar…  Se sentía , en fin, como si tuviera grillos.  No dijo nada a nadie, pero tan pronto sonó el pito para iniciarse el segundo tiempo, se descalzó, gritó un «Viva la Libertad» extentóreo, y tornó a ser el mismo.  No sólo, no nos marcaron ningún «gol», sino que lesionó, a «pata limpia», a tres delanteros que asomaron a su área.

Tiempos heroicos sin masajistas ni concentraciones.  Pero con corazón y nada más.  (Hoy el «negro» Guillermo Cuero es un respetable  padre de familia, empleado de Carvajal & Cia.) «»