«A mí no me gusta el patadón, me gusta el pase largo“ Javier Clemente – Técnico Vasco
En la transmisión del partido contra Águilas, el comentarista Carlos Antonio Vélez «develó» el segundo nombre del timonel de América de Cali: Lucas Fidolo González Vélez. Cabe decir que el dato me generó cierta curiosidad, e incluso, es una pregunta que me gustaría hacerle al profesor González para que confirme o desmiente la teoría expuesta en estas líneas; pero más allá de eso, no solo me puse a pensar en sus nombres, sin en que cada uno de ellos, puede representar una personalidad distinta de cuando impartir instrucciones a sus dirigidos se trata.
Y es que siento, amigo lector, que el primer tiempo lo dirigió Fidolo. Un equipo apático, desganado, abrumado, y sorprendido por un Ríonegro Águilas que le paseo la pelota como quiso, le ganó todos los duelos en la mitad de la cancha, lo apretó y lo asfixió con una presión alta que incluso llevó a Soto a cometer un error con el que ya venía merodeando. El equipo de Farías tomó todo lo que había dejado González en su paso por el cuadro antioqueño, lo analizó, y es del planteamiento táctico lo destruyó lo que ha intentado plasmar desde que el bogotano dirige a América de Cali.
En definitiva, fue un primer tiempo absolutamente desconocido, tan desconocido como Fidolo. América nunca se encontró en la cancha durante la primera mitad, se veía absolutamente perdido, sin respuesta alguna de sus futbolistas, y con un sosiego hasta preocupante. Le convirtieron dos, pero bien pudo haber sido un par más, y dejó una imagen futbolística tan preocupante como en momentos álgidos de la era, y reviviendo fantasmas de presentaciones dantescas como las que se vieron contra nacional en los dos partidos de copa, o en el mentado 4 a 3 de Barranquilla.
Pero ah paradoja lo que es el fútbol y la vida misma. En un escenario tan contrastante como lo es el fútbol, apareció Lucas, y con él, el equipo que por lo menos desde aquel partido contra Santa Fe ha intentado plasmar. América tras el paso por vestuarios fue un equipo diametralmente opuesto al de la parte inicial; un cuadro Dinámico, con movilidad, tratando de crear circuitos de juego a pesar de la presión de Águilas. Aprovechando también que el rival hizo un desgaste físico muy importante en los primeros 45, le propuso el juego con movilidad, con intercambio de roles. Barrios se comió la cancha y por fin le vimos levantar el rostro cuando dominaba la pelota, Andrade adentro enchufado, demostrándole a Sauro que tiene armas con que pelear el puesto, e Ibarbo, el tan discutido Ibarbo se reencontró con el gol después de casi dos años.
En la etapa complementaria volvió Lucas, y el equipo que lo llevó a un invicto de siete fechas, y que en esos siete encuentros solo le lograron convertir dos anotaciones. Se volvieron a poner los patitos en fila, y el orden le permitió sacar un resultado vital, no solo para seguir en la parte alta de la tabla, sino también para evitar echarse la mochila de la presión antes del clásico contra Nacional el sábado, y sobre todo, para no perder pisada en la reclasificación, si es que sigue en firme el propósito de alcanzar la clasificación a un torneo internacional en la próxima temporada.
Ahora ¿Con cuál de las dos versiones nos quedamos? ¿Cuál es el modelo de equipo con el que la retina se va a fijar? ¿Cómo vendrá la mano en el Clásico? ¿A qué nos vamos a atener? O mejor dicho ¿Dirigirá Lucas, o lo hará Fidolo?…Son preguntas que, por ahora, no me dejarán dormir.
Cualquier sugerencia, queja, o lo que quieran manifestarme, pueden hacerla a través de mi cuenta de Twitter @UnMequetrefeMas; nos leemos en una próxima oportunidad en este “Rincón del Turco”. Un abrazo para todos.