Lo de América de Cali en 2023 no se puede llamar “fracaso”, pero si una “gran decepción”. Tal vez por motivos electorales, el dueño del equipo trajo jugadores para pelear estrella, pero en ambas fases semifinales, el equipo decepcionó y no estuvo a la altura de las circunstancias. Fracaso 2018 que ni a Sudamericana pasamos…

Para este 2024, año que desde ya se nota complicado y tedioso, lo que quería el hincha de a pie era reajustar tres o cuatro fichas, para seguir con la base y concretar lo que en 2023 no se alcanzó. Traer un central de peso, un lateral, un volante mixto y un “killer”: sencillo. Pero lo que se viene manejando en temas de refuerzos en este inicio de año es bastante penoso.

Las contrataciones hasta hoy, mal llamados refuerzos, se le suma la salida por la puerta de atrás del último gran ídolo americano: Gustavo Adrián Ramos Vásquez. La salida de “Adriancho” algún día iba a suceder, pero no era ni la forma ni el momento. Recordemos que Adrián fue el goleador americano del último semestre y del último año (con los mismos goles de Andrés Sarmiento).

Hasta el momento, se han confirmado las bajas de Facundo Suárez, Cristian Arrieta, Diego Novoa, Adrián Ramos y muy posiblemente Juan Camilo Portilla. Han llegado Joel Graterol (portero), tal vez el único refuerzo hasta el momento, Edwar López (delantero), Jeisson Palacios (central), Óscar Hernández (central) y Nilson Castrillón (lateral derecho). En conclusión: más de lo mismo. América se está armando para luchar por un cupo a Copa Sudamericana por reclasificación en 2025, fin.

A esta incertidumbre deportiva se le suma los malos manejos administrativos por parte de Tulio Gómez, que en últimas es quien toma las decisiones de peso en la institución. La salida de Adrián, que ya se comentó, y su supuesta nueva llegada, al llegar Marcela Gómez, su hija, a la presidencia, denota que hay un caos interno casi que confirmado por las varias renuncias de personajes importantes para el plantel. Además, esas ansias de traer jugadores baratos y libres, ad-portas de un torneo continental que te puede aliviar un bolsillo menguado por campañas electorales, sigue sumando detractores al proceso que empezó en 2016.

Retomando el tema de las contrataciones, se le abona que Edwar López y Óscar Hernández, el colombo venezolano que no ocuparía a la cuota extranjera, vienen con buen ritmo en sus anteriores equipos. Lo de Nilson Castrillón puede servir, pues es un gran jugador que necesita más minutos. Por el contrario, lo de Jeisson Palacios si es penoso: apenas 12 partidos jugados en la espectacular liga de Chipre. Amanecerá y veremos, dicen por ahí, pero con lo que se ha visto hasta hoy, lo de América de Cali modelo 2024 será más doloroso que glorioso.

 

Juan Manuel García